viernes, 24 de junio de 2016

Dónde está el Más Allá? - Parte II

Continuo con la segunda entrega de este artículo que encontré entre mis archivos secretos de mi Biblioteca personal. Volvemos a los griegos. 

Ellos separaron religión y conocimiento científico, división que aún persiste. Platón explicó que no existe una verdad válida a nivel general o, por lo menos, no es aún perceptible para nosotros. Aristóteles determinará la separación entre lógica y magia, entre ciencias naturales , metafísica y religión, separando el cuerpo del espíritu. Sólo ese espíritu es inmortal., procede del campo de lo transcendental y sólo es accesible a los dioses. La verdad fue dividida en una verdad religiosa de los teólogos y en el razonamiento crítico de la ciencia. Ambas facultades sólo responden a las preguntas para las que se creen competentes. Así los teólogos buscan el sentido de la vida, luchan con el problema de la muerte y del Más Allá; los científicos buscan la materia, tanto la atómica como la cósmica, intentan explicar el mundo partiendo de sí mismo, o sea, mediante leyes de la naturaleza.

viernes, 17 de junio de 2016

Dónde está el Más Allá?- Parte I


 Hola a todos! Espero tengan bellas lunas durante estos días... lamento no estar todos los días actualizando este espacio, a veces los deberes externos me llaman y termino muy cansada para escribir. Pero bueno, aquí estoy de nuevo con ustedes. 

En esta oportunidad les compartiré un artículo que encontré en esas revistas viejas que andan por mi casa, más exactamente en mi Biblioteca de consulta. 

Desde que el ser humano asumió la facultad de pensar, una pregunta le ha acompañado en el transcurso de los siglos: ¿Qué hay después de la muerte?. 

Un día muy remoto, el hombre se identificó a sí mismo, sin duda, ayudado por la superficie cristalina de algún lago. Y al tomar conciencia de su yo, tomó también conciencia de los otros yo, algunos de los cuales desaparecían , perdían lenta o repentinamente su fuerza, movimiento, sentimientos, destreza para la caza... Morían. Sin embargo, aquel hombreno debía imaginar que aquello desaparecía definitivamente; estaba demasiado integrado en la naturaleza, donde las plantas morían en otoño pero renacían en primavera, y el Sol volvía a salir cada mañana después de meterse, e incluso algunos animales de muerte no fácil de observar, como águilas, leones y osos, debieron parecerles inmortales.