En esta oportunidad quiero escribirles acerca del espejo, de ese compañero inseparable del ser humano, que ha sido cómplice de la vanidad del mismo. Este artefacto tiene connotaciones simbólicas, las cuales también hacen parte de un significado psicológico.
Narcisso por Caravaggio |
Podemos iniciar con el mito de Narciso, hijo del dios-rio Cefiso y de la ninfa Leiriope. Este joven era tan bello, que hombres y mujeres se enamoraban de él. La ninfa Eco, castigada por la diosa Hera a repetir unicamente los últimos sonidos de lo que oía, sufría una pasión tan devastadora que, cuando pudo darle a entender la fuerza de su cariño y se vió rechazada, fue desvaneciéndose poco a poco, hasta que sólo quedó su voz. Los dioses hartos ya de la arrogancia de Narciso, decidieron castigarle, haciendo que se enamorará de sí mismo al contemplar su propia imagen en el agua. Fue tal la desesperación que sintió que estuvo condenado a no satisfacer nunca su pasión. Narciso se quedó junto al arroyo, languideciendo hasta consumirse, y en ese mismo lugar nació la flor que lleva su nombre.