Las extensiones interiores del espacio exterior: la metáfora como mito y como religión (The Inner Reaches of Outer Space: Myth as Metaphor and as Religion) es un libro prohibido del escritor, profesor y mitógrafo Joseph Campbell (1904-1987), publicado en 1986.
Este libro maldito desarrolla una de las síntesis más elegantes y esclarecedoras acerca de la función del Mito.
Joseph Campbell propone que el Mito posee las características de una función biológica, y que en última instancia procede de la misma fuente arquetípica de la que brotan los sueños.
En cierta forma, los Mitos clásicos aparecen aquí como los sueños de la humanidad. Es decir, así como el sujeto se vale del sueño para liberar sus pensamientos y deseos reprimidos, el Mito opera como el sueño de una sociedad, un sueño colectivo, primordial, cuya función es expresar lo inexpresable.
Esta hipótesis no es enteramente original, aunque Joseph Campbell fue quién la expresó con mayor elegancia, utilizándola principalmente para explicar la durabilidad de los Mitos clásicos al relacionarlos con las imágenes oníricas individuales, una especie de metáfora de la psique del sujeto; solo que aquí el Mito se transforma en la manifestación simbólica de toda una sociedad y una cultura.
Las extensiones interiores del espacio exterior roza un punto muy polémico dentro del estudio de los Mitos. Para Joseph Campbell, los "mitos religiosos" nunca deben ser interpretados literalmente, ya que no buscan expresar hechos históricos ni geográficos, sino que operan como símbolos, como una metáfora de una realidad estrictamente interior.
La polémica de la que hablábamos está relacionada a la teoría de Joseph Campbell de que todas las religiones son, en definitiva, "mitologías mal entendidas".
El error, o malentendido, por llamarlo de alguna forma, radica en la interpretación de los símbolos interiores, en esas metáforas de las que hablábamos, como sucesos históricos objetivos; algo contrario a la función del Mito, que justamente es abrirse hacia lo imposible y nunca al revés, es decir, reducir lo imposible a cuestiones concretas.
Algo de esto se ve con mayor claridad en los mitos del Génesis: la historia de Adán y Eva, y sobre todo el episodio del Árbol del Conocimiento. Son pocos los que actualmente creen en la literalidad de esta historia, sin embargo, en una época no tan lejana se pagaba un precio oneroso por tales discrepancias.
Si creemos que el Génesis es, en realidad, una metáfora, en definitiva, un Mito; cuya función -insisto- es expresar lo inexpresable, ¿entonces por qué las religiones organizadas se empeñan en desviar la fe hacia lo objetivo, asegurándonos que ciertos prodigios ocurrieron realmente, cuando en realidad ocurrieron, es cierto, pero en un nivel de existencia mucho más sutil y refinado que la realidad grosera?
Joseph Campbell no le resta importancia a la religión, solo señala que esta ha perdido el rumbo al utilizar al Mito como expresión de la realidad objetiva.
Las extensiones interiores del espacio exterior nos deja una última esperanza acerca de la supervivencia del Mito en nuestra cultura: el arte; único vehículo capaz de arrebatarle al éter de los arquetipos los miedos y fantasías de toda una cultura y volverlos accesibles a través de un relato, una novela, una melodía o un verso.
En definitiva, todo artista es un hacedor de mitos.
INFO: elespejogotico.blogspot.com